Foto tomada en Luang Prabang, Laos. Este es un cerro que está en medio de la ciudad, el cual es muy visitado a la hora del crepúsculo, pues desde el punto más alto es posible apreciar una muy linda puesta de sol. Para entrar al cerro hay que comprar un ticket de alrededor 3 dólares, y luego subir como 5 minutos hasta llegar a la cima. Una vez arriba uno se encuentra con esta escena, una multitud de extranjeros luchando por una buena ubicación para ver la puesta de sol, la misma actitud que tiene el público de un show cuando entra al recital y quiere ver de cerca a su artista. Todos con cámara en mano, mirando con ojo científico el paisaje tratando de capturar un buen ángulo. Yo no sé cuál de ellos habrá realmente disfrutado la vista, o cuál de ellos realmente la habrá observado, entre tanta incomodidad y gentío. Incluso había gente sentada en unas rocas fuera del área de seguridad. Lo peor de todo fue cuando la puesta de sol terminó, todos se fueron casi de inmediato, total ya habían consumido ese momento que seguramente estaría apuntado en algún folleto turístico como un "you must". La verdad me dio mucha pena, y rabia también. No puedo entender ese comportamiento tan mecánico de los turistas, esa forma tan inmediata y rápida de consumir los momentos. Es el gran defecto también, de esos llamados pack turísticos, Por ejemplo, en Luang Prabang vi como desde un furgón de una agencia turística se bajaron extranjeros, visitaron un templo 5 minutos y se fueron. Yo sentí que aquello fue una tremenda falta de respeto para el pobre templo, para el sentimiento de la gente del lugar que pone cariño en los detalles, que han puesto su corazón y su orgullo en los lugares que para ellos son importantes, y que finalmente tienen que sacrificarlos al turismo para poder subsistir, como lo son los templos en Laos, un país donde el budismo es altamente respetado. Por supuesto que esta es una opinión muy personal, y tampoco estoy descubriendo América, porque esto pasa en todos los países del mundo donde se mezclan atractivos naturales y pobreza. Lo que pasa es que me choca la liviandad con que los lugares históricos y otros bellos paisajes son invadidos por este tipo de turistas que sacan fotos por inercia, y que al final hacen que el hecho de sacar la foto sea más preciado que el lugar mismo. He visto también otros turistas que sacan foto a cada letrero, a cada tonterita, y yo me pregunto si realmente esa foto la van a volver a ver, o si realmente asimilaron la información que estaba en ese texto explicativo sobre el lugar que acababan de visitar, o etc. Me da pena que lugares con tanta carga espiritual, histórica, cultural, se transformen en una especie de parque diversiones, y que maten todo aquello que de real había antes. Porque está claro que visitar Laos no es lo mismo que visitar Miami, son distintos conceptos; Laos no es "party destination" como si lo son otros lugares, a y los cuales no les reprocho nada cualquier arrojo de hedonismo y superficialidad porque para eso están hechos y también es necesario que existan, pero sinceramente pienso que irse de Laos sin haber palpado más a fondo su cultura es un desperdicio, mejor que se vayan a tomar el sol a otra parte.
Todo se convierte en un escenario, en el más teatral sentido de la palabra, todo está pensado para ser visto, para recibir al turista, para impresionarlo, lamerle las patas y deleitarlo deliberadamente. Toda magia y exotismo aparente es falso, está fríamente calculado para que el turista así lo experimente, y en su ignorancia, finalmente crea que vale la pena desembolsar dinero ahí. Mientras los locales se ríen de los gringos vendiendo esa fantasía en el centro de la ciudad, un poco más en la periferia están los lugares que en verdad vale la pena visitar, donde con espontaneidad y honestidad es posible apreciar la verdadera cultura laosiana y la belleza de Luang Prabang. Ahí ya no mienten, están un poco más innaccesibles porque los caminos tampoco son muy buenos, pero quizás tampoco quieren que lo sean, porque sino será más fácil para estos turistas acceder a ese mundo que querrán mantener más privado, libre de caretas y de show.
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