domingo, 26 de febrero de 2012

Estudiar chino y vivir en China

No me di cuenta cómo pasé de estar tan dedicado a la pintura, en Santiago, pensando en quizás hacer talleres, postulando a convocatorias y estar metido en ese viciado mundillo de los artistas chilenos, a estar ahora estudiando chino, pero MUY seriamente estudiando chino. El asunto ya no es ná como cree la gente, que aprender chino es imposible y a lo más uno puede llegar a decir hola y cómo estás. Cada vez me enamoro más de este idioma, y en este momento es la responsabilidad más grande que tengo en mi vida; terminar hablando fluido el chino, y para allá vamos. Tengo un curso de gramática en general, otro de practica de conversación y listening y otro para preparar la prueba HSK nivel 5. No me di cuenta cómo me metí en esto de manera tan seria, pero me encanta. Esto del cambio no significa que vaya a dejar de lado el arte, al contrario, ya el próximo mes planeo empezar nuevas pinturas y ya tendré nuevas noticias para el otro año, ojalá acá en China. Por el momento me quiero alejar del ego inflado de los “artistas emergentes” chilenos, no quiero andar mendigando los pocos espacios que hay para exponer, no quiero jugar ese juego. Vamos a ver qué se de por acá, si es peor o mejor.

Asi que por el momento, solamente me enfoco en estudiar chino, practicarlo lo que más pueda, hacer amistades chinas, compartir, salir, etc. Como en todos los idiomas, siempre hay un momento inicial en que todo parece muy simple, cuando uno aprende las primeras palabras, y el profesor va lento para que aprendamos bien lo básico, pero luego se empieza complicar. Pero esto es lo mismo que una maratón, en el sentido de que cuando uno empieza corriendo se siente con energía y muy estimulado, pero a los 20 minutos el cansancio ya es irresistible y uno sólo quiere parar. Superar esos 20 minutos es clave para poder seguir corriendo durante una hora más. Todo está en los pulmones, mantener el ritmo de la respiración, y en el estado sicológico, pues en el fondo ese cansancio es ficticio. Si uno se fuerza a sí mismo, uno entra en un trance extraño en que finalmente ya no siente cansancio y corre y corre sin parar.  Lo que quiero decir con el chino es lo mismo. Mucha gente se siente abrumada cuando empiezan a aprender los caracteres más difíciles, no solamente los bonitos y sencillos como el de sol, luna, corazón y blablabla. Y también cuando presentarse diciendo me llamo tanto y vengo de tal parte ya no es suficiente, sino que hay que entender y responder preguntas más complejas, leer textos. Ahí uno tiene que darse cuenta si quiere invertir tiempo en estudiar esto que parece tan difícil y tan lento de asimilar. Los que realmente aman el idioma como tal van a seguir, los que sólo ven en el chino mandarín una herramienta para ganar más plata a futuro y para acercarse a los negocios, van a desistir y se van a rendir, y finalmente van a tener que comunicarse con los famosos empresarios chinos en inglés. Pero habiéndose acostumbrado a escuchar todos los días el idioma, a hacerlo parte de la vida propia, llega un punto en que va a ser muy fácil recordar palabras nuevas y saberlas emplear. Es muy importante el ambiente dónde uno aprende el idioma también. Quizás si hubiera seguido en Chile jamás hubiera progresado en chino, o en inglés, puesto que ahora también me encuentro hablando inglés bastante fluido sin habérmelo propuesto antes, solo por la cotidianeidad que implica hablar con mis otros compañeros extranjeros.

Si no se práctica el idioma todos los días me temo que es muy difícil realmente poder hablarlo, y así estaba siendo, estuve estancado mucho tiempo, cuestionándome si había sido una pérdida de plata haberme metido a estudiar chino, en vez de preocuparme de buscar una pega. Menos mal que en mi camino apareció la beca y me vine, si no, obligado a ver la realidad de un egresado de Licenciatura en artes, jejeje. Pero siempre aposté por venirme pa China, puse todas mis energías en eso, dejé de lado otras cosas, también hubo gente que pensó que estaba haciendo el loco estudiando chino, que era un hobbie, que en realidad nunca iba a poder a hablar nada, pero ahora me siento tan feliz porque ya pasé lo más difícil.

Para meterse en el chino, hay que tener disciplina y un buen método para estudiar los caracteres, aprender la pronunciación de los tonos, y de los fonemas propios de la lengua. Hay que ser paciente, es un proceso que se da lento, no perder el foco, creer que lo que uno que está haciendo es serio. El chino no es para los curiosos ni para los amateur, es para aquellos que son de voluntad firme. Al principio estuve como dos meses solamente aprendiendo la pronunciación, nada de caracteres. Fue tedioso pero súper súper necesario. Tuve la suerte de tener un buen profe en ese momento, que aunque después nos dejó botados porque le salió una mejor pega en el Tronwell. Que a todo esto estudié en el desaparecido Instituto chileno chino de cultura. Chantas, súper chantas, nos prometieron el oro y el moro, que íbamos a tener un diplomado, que se yo,  y no cumplieron, quebraron y pa la casa, sin ninguna explicación. Ni siquiera le pagaron a la última profe que tuvimos. No pude seguir estudiando chino, estuve un año sin practicar, no me enteré que habia llegado el Insituto Confucio a la católica, pero igual en mi casa practicaba por mi cuenta para no perder el idioma, pero aún así estaba siendo infructuoso. Si por eso digo, que si hubiera seguido asi, todo se hubiera ido a las pailas, porque ahora que estoy en China puedo realmente hacer el idioma parte de mi vida, y experimentar de cerca la cultura. Desde tan lejos y leyendo solo libros todo al final parece mítico y estereotipado. China tiene cosas maravillosas y pésimas, es un país extremo, y hablar chino, por ende es hablar con los chinos, y hablar con ellos también es algo complicado porque su mentalidad es tan opuesta a la nuestra, y he pasado por etapas en que los he encontrado patúos, indiscretos, como niños chicos que no se pegan la cachá de que son desubicados, pero también son súper amables y sencillos.

Hay que hablar el chino para involucrarse con con la cultura, y develar  tantos mitos que hay sobre los chinos también. Por ejemplo eso de que el chino es el idioma de los negocios, por un lado puede ser, pero en realidad es un idioma de campesinos, del pueblo, no me cabe duda que los empresarios tienen la misma mentalidad, por más de terno que se vistan. En China de verdad se puede sentir en todas partes esa fuerza del Pueblo chino. En la calle casi no puedo distinguir entre clases sociales, todos los chinos comen en los mismos lugares,  van a comprar a los mismos lugares, viven en los mismos departamentos, andan por las mismas calles y juntos y revueltos. Y no me quiero apoyar en esa weá repetida de que el chino, de que el país del dragón, que la cultura milenaria y blabla, aunque es cierto! pero es tan cliché que no me permite expresar mi más personal experiencia con esta cultura y este idioma. Pero sí, es impresionante cómo el chino mandarín se ha mantenido casi intacto desde hace 2 mil años más o menos. Es increíble ir a los museos y ver esas tablillas de bambú anteriores a la creación del papel, con caracteres que en muchos casos son los mismos que se usan hoy en día. También hay casos en que no, porque en el gobierno de Mao se simplificó la escritura china para poder agilizar el proceso de alfabetización de la población, lo cual fue realmente asombroso, no sé si otro gobierno lo hubiera logrado tan bien. Si uno lo ve así, acceder a este idioma es un privilegio, tiene su toque romántico el hecho de poder hablar las palabras que también se hablaron hace cientos y cientos de años.  Además, yo creo que de todos los países del mundo, China es el más interesante, seguido por India y Japón. Por favor alguien que me diga qué otros países son tan antiguos, originales, y con problemáticas interesantes para el estudio, además más que países son civilizaciones que hasta hoy están vivas. Podría incluir, de Europa, a Alemania y Francia, cuyos procesos históricos también me parecen muy interesantes, o Rusia!, por supuesto. O los mismos Inglaterra y Estados Unidos, que son todo un caso, como los compañeros pesaos y prepotentes del curso, pero que sin duda lograr llamar la atención e influenciar al resto. De latinoamérica México también me parece muy interesante. Pero de todas las culturas, cuál es la que ha resistido de mejor manera en el tiempo, ha brillado esplendorosamente en diferentes periodos y ha asombrado a todo el mundo tanto por sus rarezas, desarrollo, problemas, etc? Esa es China y no hay otra.

Sin embargo, también creo que China no es para cualquier persona. Es imprescindible acostumbrarse y entender la cultura si no se está perdido. Hay un concepto que me gustaría destacar, y que antes venirme leí en un paper que nos entregaron en la embajada de China.  El documento destacaba el hecho de que hay que entender el proceso de China como “desarrollo sin globalización”. Me parece de suma importancia, porque cualquier persona desinformada que llegue a China se pudiera sentir horrorizada por los baños que son a ras de suelo, la gente que escupe en la calle, la sensación de suciedad y desorden que hay en los barrios populares, lo austero del estilo de vida de la gente común. A ojos occidentales eso pudiera ser pobreza, pero en realidad no es tal, sino que son distintos énfasis. Por ejemplo a ojos chinos, es escandaloso que los occidentales coman tanta mierda artificial y de supermercado, que la juventud sea tan viciosa y autodestructiva, que haya problemas de drogas y violencia, que cosas básicas como la comida y el transporte sean tan caros, que ricos y pobres  vivan tan alejados unos de otros y que no haya contacto entre ellos.

Tengo que decir que pese a todo lo malo que puedan decir de China, este es un país en que la gente todavía es humana, espontánea, al natural. La gente come puras cosas cocinadas por ellos mismos, está lleno de picadas, y todo muy barato, accesible para el bolsillo de todos. Asimismo el sistema de trenes es muy bueno y hay de todo tipo, desde trenes de última tecnología y más caros, a otros ultra baratos pero ultra lentos donde la gente incluso compra boletos sin asiento y se van de pie como 30 horas si es necesario. Pero ellos no se hacen mayor problema, no es algo grave. Yo lo digo de experiencia propia porque viaje desde Wuhan a Hangzhou sin asiento, 12 horas, conversando y echando la talla con los chinos que me tocó ir al lado. Es cansador, es agotador, pero es parte de la cultura compartir estos espacios sociales. Quizás mi opinión pudiera ser liviana en el sentido de que para mí eso fue un parentésis en mi vida, y que lo encontré “exótico” desde un punto de vista, pero que para otra gente es de verdad lamentable tener que comprar ese pasaje porque no tienen más plata, y su vida siempre ha sido así. Puede ser que mi visión aún sea la del turista que viene a maravillarse con lo extraño. Pero vuelvo a hacer la comparación. En Chile es terrible que existan todas esas poblaciones callampa, con todo lo malo concentrado en una parte, y por otro lado, todo el cuiquerío y facherío junto. Ante esa desigualdad asquerosa, prefiero viajar en tren. China es un país súper seguro y armonioso, casi no hay delicuencia, y no sólo porque las penas son súper duras, sino que en la mentalidad china no existe ese ímpetu violento que tenemos en occidente. La gente es más ñoña por así decirlo, no son mocheros ni viciosos, no andan curaos por la calle, no gritan, no hacen escándalo, no son clasistas tampoco. En las ciudades grandes, como Shanghai por ejemplo, está esa postal maravillosa del Bund, con los edificios iluminados, glamoroso total, pero a la vuelta hay un barrio con gente normal tirando pa pobre, con ferias y viejos fumando en las puertas, bicicletas oxidadas y todo eso que caracteriza a China, y todo funciona súper bien. Otra aparente desventaja de China, es el tráfico caótico y la falta de semáforos. La gente es media al lote para cruzar la calle,pero nunca hay accidentes. Yo al principio era medio tímido  para cruzar en un paso de cebra sin semáforo, pero ahora aprendi que desde el momento en que piso la calle, los autos andan un poco más lento para que uno pueda cruzar. Todo el aparente desorden que hay en China tiene su orden finalmente. Yo de verdad siento a China cada vez más como mi hogar. Ha sido un país que desde que llegué me ha conmovido. Ya sea por la infinidad de lugares bellos que tiene, que en esta oportunidad no los voy a nombrar, como por la cantidad de contradicciones que me han dejado marcando ocupado muchas veces.

No se si otros lugares me podrían dar este sentimiento que me da China. Quizás otros países parecen más desarrollados, al estilo capitalista claro está, es decir, con calles ordenadas, edificios altos, grandes tiendas, harto shopping, harto lujo, el reflejo en la realidad de lo que uno ve en spot publicitarios y películas de industria, donde se evidencia bienestar económico en todas partes. Llámense Australia, Estados Unidos, Canadá, etc, pero creo que esos países no tienen cultura. Así de tajante. La gente tiene buenos modales, es educadita, todos cooperan para que no haya basura ni delicuencia, pero la atmósfera de ese ambiente capitalista sigue siendo vacía.  Quizás si me hubiera ido a uno de esos países me hubiera adaptado más rápido y estaría feliz y contento viviendo en el mundo de Bilz y Pap, pero también eso hubiera fomentado mi arribismo y cuando volviera a Chile llegaría encontrado todo rasca e incompleto, como lo hacen muchos compatriotas que llegan roteando a Santiago, y comparándolo con otras ciudades “top”. Me carga que la gente crea que las ciudades tienen que ir todas en una sola dirección, en el fondo eso  es una tontera que sólo crea diferencias, y en verdad la gente de esos países no tiene nada adentro, lo veo en los turistas, son todos ignorantes con plata, que andan desorientados,  porque asumen que todo el mundo habla inglés y anda al estilo gringo. Si tan solo les preguntaran antes a los chinos: Can you speak english? sería más respetuoso.  Por lo general estos turistas no se pueden despegar de sus prejuicios ni de su propia vanidad y arrogancia. Estar en China y pensar todo el rato que en sus países todo es más limpio, más organizado, más impecable me parece terrible. Para aceptar y amar a China no hay que juzgarla desde los conceptos de occidente. Por eso ya no creo en los gringos, no me transmiten buena energía. Me refiero básicamente a los turistas, mis compañeros son un siete jaja. Estar en un lugar con todo solucionado al estilo capitalista realmente no me hubiera hecho ver más allá, más que recibir y recibir estímulos de todas partes y sentrme encantado de manera fácil, y al mismo tiempo pensar que mi forma latina está mal, no quiero entrar en ese juego. Cuando estuve en Hong Kong sentí ese vacío, la arrogancia del dinero, esa liviandad del “estilo internacional”, consumismo y gringos por todas partes. Todo giraba en torno a lo transitorio. Por supuesto me pareció un lugar hermoso, increible, e iría de nuevo pero a pasarlo bien, pero nada más que eso. No creo que pudiera vivir en un lugar así, no me gusta el estilo de la gente tan impersonal, muchas capas entremedio para poder acceder a las personas.

Por eso creo que en China he crecido mucho como persona, y como decía, no me ha dejado de conmover. China me ha sacado de mis esquemas, me ha hecho cuestionarme todo y ver la rudeza de la realidad de forma muy seca muchas veces. He echado de menos tantas comodidades que tenía antes, la comida me ha parecido mala al principio, la gente tan fome, porque esperé mucho, esperé encontrar acá esa postal del vertiginoso mundo desarrollado y el porrazo fue duro. China me ha complicado harto, pero me ha dado muchas lecciones, muy valiosas para mi vida. He podido ver la vida de forma mucho más simple, donde al final siempre prevalece lo realmente importante, aquello que nos hace más humanos. En China la esencia de la gente está intacta, la fortaleza moral de sus ciudadanos, y la inocencia respecto de las “cosas malas” del mundo occidental. Los chinos no tratan de copiar todo lo que viene de occidente, como los japoneses y coreanos por ejemplo. Son mucho menos acomplejados y más auténticos,todo el rato. Son familiares, valoran por sobre todas las cosas la unión de la familia, y lo digo en un sentido super neutro, no quiero parecer facho ni derechista con esto de la familia, pero me parece tan lindo el ideal social de los chinos, de la familia unida y feliz. Lo veo en los parques, llenos de niños, ancianos, gente de todas las edades, todos juntos. China es sinónimo de familia, es aquello que mantiene a su sociedad tan sólida, tan íntegra en cuanto a lo valórico. Sin embargo también acarrea grandes problemas como la presión con que cargan los hijos, en su mayoría hijos únicos, uff, pero eso es tema para otra entrada de blog. Pero lo que quiero decir es que la gente es tan sana, y no necesitan más, no quiero se descartuchen mucho. Los chinos siempre buscan la paz y la armonía en todo, en serio.  Por ejemplo casi no escuchar rock, por el contrario, la música romántica o suavecita es lo que pega acá, o en las artes visuales, siempre pintan paisajes, flores, nunca imágenes tan “locas” al estilo contemporáneo occidental. Al principio me parecía tan odioso y cursi todo, pero ya he aprendido a ver en ello el balance, en nutrirme a mí mismo de aquello que pueda darme paz cuando la necesite, porque el corazón de los chinos también es delicado y frágil, y no les gustan las cosas chocantes o grotescas, no porque haya censura, sino que es el temple de su idiosincracia que se me ha mantenido así toda su historia. Y aunque les pongan MTV, y los realities de Paris Hilton y Tila Tequila, lo más probable es que no peguen mucho, asi como acá no hay forma que pegue la música metal ni las cosas extremadamente sexuales.

Es así como estando acá me he dado cuenta del sinsentido de muchas ideas occidentales, de lo agresivo de la cultura en general, el culto excesivo a la juventud, la tendencia a la frivolidad y la morbosidad de los medios en todo el sentido de la palabra, el descontrol del mercado que fomenta la estupidez e invade todos los espacios. Es cierto que China tiene ciudades lujosas y glamorosas, donde se ve harto consumismo, como Beijing y Shanghai, que son magníficas y contradictorias al mismo tiempo, pero la gente sigue siendo la misma, con el mismo estilo sencillo, ingenuo, medio desfachatado, cerrado en su cultura. Todo chino en el fondo es un campesino, aunque viva en el centro de Shanghai nunca se va a creer el cuento por completo. Siempre hay un balance, por último si necesito frivolidad voy para Shanghai que me queda cerca, pero puedo efectivamente escaparme de eso y volver a mi centro, volver a Hangzhou, mi gran parque me estará esperando con su lago, sus árboles, sus calles tranquilas y todo eso que tanto he odiado por fome, pero que sé que me hará bien. Estando en China también he aprendido que los occidentales no somos los dueños de la verdad, hay muchas cosas que hacemos de verdad en forma errónea,  y no somos mejores ni peores, simplemente somos distintos de los chinos y punto. Tenemos que ser súper cuidadosos cuando opinemos sobre oriente, tenemos que saber hasta qué punto nuestros juicios son neutrales o totalmente influenciados por nuestra sociedad judeocristiana. Me carga cuando la gente critica a China de manera tan gratuita sin ser capaces de verse a ellos mismos y asumir las vergüenzas con que cada país carga.

Uff, en fin, podría escribir miles y miles de ideas que se me vienen a la mente, algunas conclusiones que he estado cocinando en mi mente estos meses que llevo acá, y todo esto partió por qué? Porque un día se me ocurrió meterme a estudiar chino, y no calculé en ese momento que esa simple decisión iba a afectar tanto el rumbo que tomaría mi vida. Ahora siento que es lo mejor que pude haber hecho, ha sido todo tan extremo, y en otra entrada de blog entraré a detallar más anécdotas, ahora solo quise reflectar el efecto que ha hecho en mí el hecho de estudiar chino y vivir en China. Y así de cursi sueno, pero no es que esté haciéndole propaganda a China, porque es un sentimiento muy real y profundo que tengo por este idioma, por el país y por su gente. Y me gustaría poder transmitirle esto a alguien que pudiera leerlo y que esté pensando en venirse a China, y que sepa que es un camino difícil pero al final lo vale el doble. Porque desde niño siempre soñé con venirme a Asia y en el fondo siempre estuve preparado para aceptar todas las cosas negativas que pudiera ver acá, y así poder disfrutar de mejor manera lo que hay de maravilloso, que es mucho. Quizás nunca quiera irme de China, vaya a saber uno de las vueltas del destino, pero por el momento me quedó acá hasta nuevo aviso, porque también veo que la cantidad de lugares para visitar y explorar es inagotable, y que cada provincia es bella y única. Y por último, por supuesto que el hecho de hablar chino me ha hecho vivir más a fondo la experiencia de vivir en China, cuando he viajado solo, he conversado con la gente en los trenes, en la calle, les voy sacando la foto de su forma de ser que será tema pa otra ocasión. Así como dice esa ridícula de la Ena Von Baer, que se va a “buscar una abrazo a la Pintana” pa dárselas de que comparte con el pueblo y weás, yo también me he sentido totalmente del pueblo cuando he estado compartiendo con los chinos los mismos espacios públicos, yendo a los mismos baños, comiendo en las picás, los restaurantes al paso, esperando en las estaciones de trenes, paseando en los parques, pero con una diferencia, ella tiene que bajar de su burbuja y forzarse a ser la del pueblo y después regresa a su realidad, y acá en China en todas partes es así, confluir en espacios comunitarios y perder la propia privacidad es lo normal, no al revés y uno se permea de la cultura sí o sí porque es demasiado pregnante, y nadie habla otro idioma aparte del chino, y nadie te va a ofrecer tenedores para comer, sólo palitos jaja. Pero es cada vez más gratificante, me gusta sentir a la gente cerca mío, sentir que todos somos parte de lo mismo y que somos iguales. Ahí veremos cómo se dan las cosas en los siguientes meses, si cambiaré de opinión o no pero ahora el estado de cosas es así como lo he descrito.

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